
Un tiroteo registrado en un centro de detención de migrantes en Dallas, Texas, dejó como saldo dos personas fallecidas, entre ellas el presunto tirador, y al menos dos heridos.
El incidente ocurrió durante la mañana del miércoles 23, cuando un hombre, aparentemente actuando como francotirador, abrió fuego desde un edificio cercano contra una instalación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), justo cuando agentes trasladaban a un grupo de detenidos.
Según el jefe de la Policía de Dallas, Daniel Comeaux, la balacera fue reportada poco después de las 7:00 a.m., y aunque aún se investigan los detalles, se confirmó que uno de los proyectiles causó la muerte inmediata de una persona en el lugar, mientras otras dos fueron trasladadas al hospital.
El director del FBI, Kash Patel, confirmó que el atacante se quitó la vida tras cometer el acto violento. Una investigación preliminar sugiere que el crimen tuvo una motivación ideológica, ya que uno de los casquillos recuperados tenía grabado el mensaje “ANTI ICE”.
El director interino de ICE, Todd Lyons, indicó que se trata de un caso de “violencia dirigida” y que se están recopilando más pruebas para determinar los motivos detrás del ataque.
Los informes iniciales señalan que el agresor era un hombre blanco que se encontraba en una azotea cercana. Aunque las autoridades no han revelado su identidad, confirmaron que ningún agente federal resultó herido.
El vicepresidente JD Vance condenó el hecho en la red social X, pidiendo el cese de la violencia contra ICE. Por su parte, la Secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, acusó a sectores de la izquierda de incitar este tipo de ataques con discursos comparativos que asocian a ICE con organizaciones históricamente represivas.
A pesar del ataque, el gobernador de Texas, Greg Abbott, aseguró que la ofensiva contra la inmigración ilegal continuará con el respaldo de ICE y las autoridades locales.
Este suceso ocurre en un contexto de creciente tensión por las políticas migratorias del gobierno de Trump, especialmente tras redadas recientes en Los Ángeles, que motivaron disturbios y protestas.
El ataque de Dallas no es un caso aislado. En julio, una instalación de ICE en Alvarado, Texas, fue atacada por individuos armados que dejaron a un oficial herido. Asimismo, en McAllen, otro hombre armado abrió fuego en una oficina de la Patrulla Fronteriza, hiriendo a dos agentes y un empleado.











