
A una semana de la segunda presidencia de Donald Trump y su enfoque en la lucha contra la inmigración ilegal, los agentes federales de inmigración trabajan con un renovado enfoque en la deportación, sin "pase libre" para nadie. Durante un operativo en Maryland, un grupo de agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) arrestó a 13 personas, de las cuales cuatro no eran objetivos específicos, pero fueron detenidas durante la búsqueda de otros migrantes con órdenes de expulsión.
"Los peores van primero", destacó Matt Elliston, director de la oficina de ICE en Baltimore, quien explicó que las personas que representan amenazas para la seguridad pública y nacional son las prioridades de la agencia. Este enfoque se ha intensificado con la administración de Trump, que ha eliminado restricciones sobre "arrestos colaterales", permitiendo que los agentes arresten a indocumentados incluso si no son el objetivo principal de la operación.
El número de arrestos ha aumentado considerablemente, pasando de 311 diarios en el último año bajo la administración Biden a más de 900 en los primeros días del mandato de Trump. Las políticas que limitaban las operaciones del ICE en "lugares sensibles", como escuelas y hospitales, también han sido retiradas, lo que ha generado preocupaciones entre los migrantes y defensores de los derechos humanos.
Sin embargo, Elliston aseguró que las operaciones siguen siendo dirigidas y que no se trata de "redadas indiscriminadas", sino de cumplir con las prioridades de seguridad pública, mientras la agencia busca establecer relaciones con las autoridades locales y resolver los rumores sobre sus operaciones.