La vicepresidenta de Filipinas, Sara Duterte, afirmó el viernes que sus abogados se están preparando para el próximo juicio político en su contra, aunque evitó aclarar si la renuncia sería una opción para eludir una posible condena, lo que le impediría postularse a la presidencia en el futuro.
Esta es la primera vez que Duterte se pronuncia desde que la Cámara de Representantes iniciara el miércoles el proceso de juicio político, basado en una serie de cargos criminales, incluyendo conspiración para asesinar al presidente Ferdinand Marcos Jr., acusación que ella nuevamente negó.
Marcos, su compañero de fórmula en las elecciones de 2022, y Duterte se han distanciado desde entonces.
Durante la conferencia de prensa, Duterte destacó las dificultades económicas que atraviesa el país y señaló que la vida de los filipinos ha empeorado debido al aumento vertiginoso del costo de vida.
“Dios salve a Filipinas”, expresó Duterte, haciendo un llamado a sus seguidores a recurrir a las redes sociales para expresar sus sentimientos en lugar de organizar protestas callejeras que pudieran afectar aún más sus vidas.
Una posible condena y la inhabilitación de Duterte para ocupar cargos públicos supondría un gran revés para una de las familias políticas más influyentes del país.
Supuestas amenazas y cargos
El juicio político está centrado en las supuestas amenazas contra Marcos, irregularidades en el uso de fondos de su departamento y su fracaso en enfrentar la agresión china en el disputado mar de China Meridional, según los promotores de la petición.
El Senado tratará el caso cuando reanude sus sesiones en junio.
Marcos ha fortalecido los lazos defensivos con Estados Unidos, aliado histórico de Manila, mientras Filipinas enfrenta un creciente desafío de China en las aguas en disputa.
El padre de la vicepresidenta, el expresidente Rodrigo Duterte, impulsó durante su mandato una política de acercamiento hacia los presidentes de China y Rusia, Xi Jinping y Vladímir Putin, mientras amenazaba con terminar los compromisos militares con Estados Unidos.
Este contexto ha hecho que el procedimiento de destitución de la vicepresidenta sea de gran interés para Estados Unidos y China, cuyas rivalidades por la influencia en la región son evidentes, según Jean Franco, profesora de política en la Universidad de Filipinas.
“China perdería un aliado si Duterte es condenada”, señaló Franco, añadiendo que Estados Unidos, que durante la presidencia de Rodrigo Duterte vio cómo se ponía en duda su relación con Manila, se beneficiaría de esta situación.
Posibilidad de renuncia y futuro presidencial
Cuando se le preguntó si consideraba renunciar para evitar una posible condena, que le impediría postularse a la presidencia en 2028, Duterte evitó dar una respuesta definitiva.
“Aún estamos muy lejos de esos asuntos”, comentó de manera ambigua, agregando que un número significativo de abogados se unirá a su defensa en el juicio político.
Respecto a sus planes para las elecciones de 2028, Duterte indicó que estaba abierta a postularse, pero que necesitaba evaluar sus posibilidades. A pesar de que su popularidad ha disminuido, según encuestas independientes, sigue siendo considerada una de las favoritas para la presidencia.
“Lo estamos estudiando seriamente, pero es difícil decidir sin los números”, concluyó.