El arzobispo identificó a las víctimas como Evanette Onezaire y Jeanne Voltaire, quienes fueron asesinadas el lunes.
La ciudad de Mirebalais ha sido escenario de varios ataques armados desde el 31 de marzo por parte de la coalición criminal Viv Ansanm. Los agresores atacaron la comisaría de policía, la prisión civil y comercios privados, provocando la fuga de 529 detenidos.
Frédérique Occéan, delegado departamental del Gobierno en la zona, informó que los cadáveres en descomposición cubren las calles de la ciudad, que también están impregnadas por un olor fétido. Las autoridades municipales han desaparecido y muchos residentes han abandonado la ciudad.
Según los medios haitianos, las bandas armadas ahora tienen en la mira el Hospital Universitario de Mirebalais.
Este miércoles, miles de personas se manifestaron en Puerto Príncipe ante el creciente caos y la violencia desatada por las bandas, exigiendo a las autoridades acciones concretas para frenar la situación. Las protestas incluyeron a desplazados que viven en campamentos en la capital tras haber sido forzados a huir de sus hogares, junto a residentes de zonas como Canape-Vert, Turgeau, Carrefour-feuilles, Pacot, Debussy, Delmas, y áreas vecinas.
La Policía Nacional de Haití respondió utilizando gases lacrimógenos para dispersar a la multitud cuando llegaron a la Ville d’Accueil, sede del Consejo Presidencial de Transición (CPT) y del Gobierno desde hace meses.
En 2024, la violencia en Haití dejó al menos 5.626 muertos (mil más que el año anterior), 2.213 heridos y 1.494 secuestrados, según cifras verificadas por la ONU.
A finales de marzo, Volker Türk, alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, reportó que entre julio y febrero pasados, al menos 4.239 personas fueron asesinadas y 1.356 heridas en Haití, debido al uso de armas de procedencia ilegal que llegan al país a pesar del embargo de armas impuesto por el Consejo de Seguridad de la ONU.