Sin ruido, con escasa presencia de alcohol y una asistencia mínima de bañistas. Así se han mantenido, hasta el momento, las playas más cercanas a la capital durante este asueto de Semana Santa.
La tranquilidad que se respira en lugares como Boca Chica, Guayacanes y Juan Dolio ha generado preocupación entre los comerciantes de la zona. Según comentaron, en años anteriores solían recibir hasta tres veces más visitantes.
Juan Darío Castillo, quien alquila mesas y vende comida en la playa de Juan Dolio, expresó su sorpresa por la baja afluencia de personas durante este Viernes Santo, asegurando que el ambiente se asemeja al de un día cualquiera de la semana. Al notar la presencia de un equipo de prensa, no dudó en acercarse para compartir su inquietud, explicando que esperaba recaudar ingresos importantes durante esta Semana Santa para poder saldar algunas deudas relacionadas con su negocio.
La preocupación por la escasa presencia de visitantes no es solo suya, sino también de otros comerciantes que se prepararon desde el Jueves Santo para recibir una gran cantidad de público que finalmente no llegó.
Mucha vigilancia
Alexis Vilorio, otro comerciante de la zona, coincidió con Juan Darío al señalar tres posibles razones para la baja asistencia: el aumento de la vigilancia policial, las medidas de control aplicadas por la Fuerza de Tarea Conjunta y una supuesta desinformación que circula en redes sociales, donde se afirma erróneamente que las playas están cerradas durante esta Semana Santa.
