
La República Dominicana se alista para recibir este 30 de abril al canciller ruso Serguéi Lavrov, en una visita oficial que marcará la apertura de la primera embajada de la Federación Rusa en el país. Este evento coincide con la conmemoración de los 80 años de relaciones diplomáticas entre ambas naciones.
Lavrov será recibido por el presidente Luis Abinader en el Palacio Nacional, en un encuentro que busca fortalecer los lazos políticos y económicos entre Moscú y Santo Domingo, abriendo paso a una nueva etapa de cooperación bilateral.
La decisión de instalar una sede diplomática permanente en Santo Domingo refleja el interés del Kremlin por afianzar su presencia en el Caribe y dinamizar una relación que, aunque tradicionalmente cordial, ha permanecido en un segundo plano.
Para la República Dominicana, esta apertura representa una oportunidad de diversificación en su política exterior, en un contexto internacional cada vez más marcado por el reacomodo geopolítico y la competencia entre potencias globales.
Turismo: un vínculo interrumpido
Uno de los sectores más impactados por la relación bilateral ha sido el turismo. Antes de las sanciones internacionales impuestas tras el conflicto en Ucrania, Rusia se ubicaba entre los cinco principales mercados emisores de turistas hacia República Dominicana, con fuerte presencia en destinos como Punta Cana y La Romana.
La suspensión de vuelos directos desde Moscú por restricciones aéreas redujo significativamente ese flujo, aunque operadores turísticos han buscado rutas alternativas a través de Turquía y otras escalas europeas.
Educación: un lazo de largo aliento
Menos visible pero profundamente arraigado es el vínculo educativo. Desde la Guerra Fría, cientos de dominicanos han cursado estudios superiores en la antigua Unión Soviética y, posteriormente, en Rusia, en áreas como ingeniería, medicina, ciencias militares y carreras técnicas, muchas veces mediante becas estatales.
Ese capital humano ha contribuido al desarrollo del país en sectores clave, aunque con escaso reconocimiento o seguimiento institucional.
La visita de Lavrov podría abrir puertas para reactivar convenios educativos, promover el retorno del turismo ruso y explorar nuevas áreas de cooperación económica. Sin embargo, estas iniciativas deberán gestionarse con cautela, dada la actual marginalización de Rusia por parte de gran parte de Occidente.
Un aliado clave en el Consejo de Seguridad
Como miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Rusia desempeña un papel fundamental en la toma de decisiones internacionales. En ese contexto, su presencia cobra relevancia para los intereses dominicanos frente a la crisis en Haití, un tema de alta prioridad nacional.
Establecer un canal diplomático directo con Moscú podría fortalecer la capacidad del país para expresar sus preocupaciones en foros multilaterales, donde el respaldo o el veto de una potencia como Rusia puede ser determinante.
En este escenario, la República Dominicana deberá decidir si esta nueva etapa con Rusia será meramente simbólica o parte de una estrategia más amplia. La recepción de Lavrov por parte del presidente Abinader es una señal de apertura, pero el impacto real de esta visita se medirá en la concreción de proyectos sostenibles y mutuamente beneficiosos.