Uso del celular en aulas será regulado por cada centro educativo, según el Minerd

Aunque el uso de teléfonos celulares en las aulas es comúnmente restringido por los centros educativos para evitar distracciones, muchos se preguntan si esta decisión está respaldada por una normativa oficial. La respuesta es sí, pero con matices.

El Ministerio de Educación (Minerd) establece en el documento "Normas del Sistema Educativo Dominicano para la Convivencia Armoniosa en los Centros Educativos Públicos y Privados", cuya segunda versión data del año 2013, que el uso de celulares debe ser regulado por los reglamentos internos de cada centro educativo.

Esto significa que cada escuela o colegio tiene la responsabilidad de decidir en qué medida los estudiantes pueden utilizar estos dispositivos, adaptándose a sus propias realidades.

Lo que dice la norma

El documento también señala que uno de los deberes de los estudiantes es acatar las normas establecidas en los reglamentos escolares, y que ignorar disposiciones relacionadas con el uso de aparatos electrónicos constituye una falta leve.

En la práctica, esto se traduce en que cada institución educativa puede crear políticas específicas. Así lo explicó Alberto Pacheco, docente de secundaria, quien contó que en su escuela se consensuó una normativa junto a la Asociación de Padres, Madres y Amigos de la Escuela (Apmae) para regular el uso de celulares.

“En mi caso, no los usan durante mi clase porque saben que se los retendré, pero los sacan en el patio. Cuando hay peleas, casi siempre fuera del centro (aunque también dentro), los estudiantes graban y suben los videos a WhatsApp o redes sociales”, relató Pacheco.

El profesor considera que se necesita una política más firme, y sugiere alternativas como el uso de monitores con internet en las aulas para fomentar contenidos audiovisuales útiles para el aprendizaje.

“El celular dificulta que los alumnos se concentren, ya que tienden a revisar redes sociales y otras distracciones ajenas al contenido académico”, advirtió.

La necesidad de límites claros

Angélica Santos, también maestra de secundaria en el sector público, coincidió en que los adolescentes no manejan bien el tiempo frente a las pantallas y muchas veces carecen de la madurez para priorizar el estudio, por lo que considera necesario establecer límites claros.

Señaló que, si bien en su centro también existe un reglamento, la aplicación de las normas suele depender del maestro a cargo, lo que genera cierta inconsistencia en su cumplimiento.

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