
El empresario Antonio Espaillat, dueño de la emblemática discoteca Jet Set, rompió el silencio luego del fatal colapso ocurrido el pasado 8 de abril, que dejó más de 230 personas fallecidas y alrededor de 180 heridas. En entrevista para el programa El Día, Espaillat manifestó su profundo dolor y la urgencia de esclarecer los hechos.
Espaillat reveló que habitualmente asistía a la discoteca los lunes, y ese día en particular no estaba presente porque se encontraba de viaje. “Yo soy el primero que quiere saber qué pasó”, afirmó.
El empresario reconoció que desde hace tres décadas, cuando se mudaron al local actual, la discoteca presentaba problemas de filtración en el techo, con plafones de yeso que solían desprenderse debido a la humedad generada por los aires acondicionados instalados en la azotea. Aseguró que estos daños eran considerados normales y que el mantenimiento se hacía internamente, sin revisiones técnicas profesionales ni inspecciones estructurales oficiales.
El día del colapso, algunos plafones habían sido reemplazados, pero Espaillat no recuerda la cantidad exacta. Aunque el Ayuntamiento y los bomberos realizaban inspecciones, estas solo se enfocaban en salidas de emergencia y aspectos de higiene, nunca en la estructura.
La tragedia ocurrió durante una presentación del merenguero Rubby Pérez, amigo cercano de Espaillat, quien también falleció en el accidente. El empresario expresó su tristeza y aseguró que ofrecería condolencias personalmente a la familia del artista.
Por otra parte, se han presentado múltiples demandas contra los propietarios de Jet Set por negligencia, incluyendo una acción legal por 300 millones de pesos por parte de familiares de las víctimas. También se ha responsabilizado al Estado y al Ayuntamiento por falta de supervisión.
Espaillat se ha puesto a disposición de las autoridades y afirmó estar comprometido con la verdad y con apoyar a los afectados. No obstante, recientes reportes indican que podría estar transfiriendo bienes, lo que la Procuraduría ha señalado como un posible intento de evadir responsabilidades.
“Jet Set era todo para nuestra familia. Desde aquel día, no he podido dormir. Sentimos un dolor indescriptible y queremos saber qué pasó, tanto como todos los demás”, concluyó.











