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Nelson Enrique González Mirabal, hijo de la heroína dominicana Patria Mirabal y creador de la Fundación Hermanas Mirabal, falleció a los 83 años. Su muerte fue confirmada ayer a través de un comunicado emitido por la Casa Museo Hermanas Mirabal.
Según informó la dirigente política Minou Tavárez Mirabal, los restos de González fueron velados en la Funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln, en Santo Domingo, y posteriormente serán cremados.
También se llevarán a cabo misas en su memoria en la iglesia del Buen Pastor. Estas iniciarán hoy a las 6:30 p.m., excepto el domingo, cuando será a las 11:00 a.m. La misa del novenario está programada para el jueves 10 de julio a las 6:30 p.m.
Un legado de lucha y memoria
Nelson González Mirabal nació el 7 de febrero de 1942 en Salcedo, provincia Hermanas Mirabal. Hijo de Patria Mirabal y Pedro Antonio González, creció en medio del despertar político de su familia, comprometida con la lucha contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.
Durante su juventud se trasladó a Santo Domingo para cursar estudios universitarios, aunque solía regresar los fines de semana a Conuco, donde residía su familia. Fue también partícipe de actividades clandestinas contra el régimen.
En febrero de 1960, fue arrestado junto a otros jóvenes del Movimiento 14 de Junio —organización política fundada por Manolo Tavárez Justo y Minerva Mirabal— y trasladado al temido centro de tortura conocido como “La 40”. Posteriormente, fue llevado a la cárcel de La Victoria y liberado tiempo después.
Durante ese período, la dictadura confiscó los bienes de su familia, acusada de terrorismo, y subastó sus propiedades. La casa de Patria y Pedro, sus padres, fue destruida por órdenes del jefe del SIM en la región norte, Víctor Alicinio Peña Rivera.
Ese mismo año, el 25 de noviembre de 1960, su madre Patria y sus tías Minerva y María Teresa fueron brutalmente asesinadas por orden directa de Trujillo, en uno de los crímenes más atroces de la dictadura.
Con su vida, Nelson González Mirabal se convirtió en testigo y protagonista de una de las etapas más oscuras de la historia dominicana, y en un defensor de la memoria y el legado de las Hermanas Mirabal.