
Kanye West tomó una decisión inesperada antes de desprenderse de su controvertida mansión en Malibú: solicitó una fianza por $2.27 millones de dólares a nombre de su esposa, Bianca Censori. Esta maniobra fue crucial para facilitar la venta de la propiedad, según informó The Sun. El dinero de la fianza fue destinado a cubrir una demanda interpuesta por un contratista insatisfecho con las reformas realizadas en la vivienda.
La casa, que había sido rebajada en varias ocasiones antes de encontrar un comprador, se convirtió en una carga financiera para el rapero. Las reformas fallidas y la destrucción de gran parte de la mansión frente al mar ocasionaron una pérdida económica significativa para West.
Lo más llamativo del caso es que fue Bianca Censori quien firmó personalmente la fianza, en un momento en el que circulan rumores de una posible separación de la pareja. Algunos informes incluso aseguran que West planea mudarse a Japón, alimentando aún más las especulaciones sobre el estado de su relación.
A lo largo del tiempo, el artista ha enfrentado múltiples demandas relacionadas con la propiedad. Entre ellas, destaca la presentada por un antiguo guardia de seguridad, quien asegura que fue despedido injustamente y nunca recibió su sueldo. Además, otro exempleado también lo demandó el año pasado, alegando que fue despedido tras quejarse de las malas condiciones de trabajo y negarse a seguir con el proyecto bajo las exigencias del rapero.
El caos y las controversias en torno a esta mansión parecen haber sido un capítulo desafortunado tanto en lo personal como en lo financiero para Kanye West.