
Un juez de la Corte Superior de Los Ángeles decidirá este lunes si las nuevas pruebas de abuso sexual presentadas por los hermanos Erik y Lyle Menéndez justifican un nuevo examen de sus condenas por el asesinato de sus padres, José y Kitty Menéndez, hace más de 30 años. Los hermanos fueron condenados por asesinar a sus padres en 1989, y sentenciados a cadena perpetua sin libertad condicional.
Durante su juicio original, la defensa alegó que los hermanos habían sido víctimas de abuso sexual por parte de su padre, una acusación que fue rechazada por los fiscales, quienes argumentaron que los asesinatos fueron cometidos por motivos económicos. Desde su condena, los hermanos han apelado varias veces sin éxito. Sin embargo, en mayo de 2023, presentaron una solicitud de habeas corpus, pidiendo a un juez que considere nueva evidencia sobre el abuso sexual sufrido por Erik a manos de su padre.
La reciente atención mediática, impulsada por los estrenos de la serie de Netflix Monsters: Lyle and Erik Menéndez Story y el documental The Menéndez Brothers en 2024, ha renovado el interés público en su caso. En este contexto, los abogados de los hermanos argumentan que la nueva evidencia apoya directamente la defensa presentada en su juicio original.
La evidencia presentada incluye una carta escrita por Erik Menéndez en 1988 a su tío, Andy Cano, en la que describe el abuso sexual que sufrió por parte de su padre. Los abogados de los hermanos descubrieron esta carta en 2015, tras un especial de televisión de Barbara Walters, y alegan que nunca fue presentada en su juicio, lo que la convierte en una prueba nueva y crucial para respaldar las acusaciones de abuso. Además, otro testimonio reciente de Roy Rosselló, exmiembro del grupo Menudo, quien afirma haber sido abusado por José Menéndez, refuerza las alegaciones de abuso en la familia Menéndez.
Los fiscales, por su parte, argumentan que si estas pruebas hubieran sido conocidas en el juicio original, la narrativa del caso podría haber sido muy diferente, y sostienen que la falta de corroboración del abuso fue una de las razones por las que la defensa no fue aceptada en ese momento.
Además de la revisión judicial, hay otro camino hacia la libertad para los hermanos: la clemencia. El fiscal de distrito de Los Ángeles, George Gascón, ha sugerido una nueva sentencia de 50 años a cadena perpetua para los hermanos, lo que los haría elegibles para la libertad condicional. Sin embargo, el gobernador de California, Gavin Newsom, indicó la semana pasada que no tomará una decisión sobre un posible indulto hasta que el fiscal de distrito entrante, Nathan Hochman, revise el caso en detalle.
Este lunes, el juez Michael Jesic evaluará las pruebas de abuso planteadas en la solicitud de habeas corpus y decidirá si ordena una nueva revisión de las condenas. La posibilidad de una libertad inmediata está sobre la mesa, aunque también podría decidirse continuar el proceso judicial. En caso de no obtener una resolución favorable en los tribunales, los hermanos aún tienen la opción de recurrir al indulto por parte del gobernador.