
Los residuos textiles posconsumo se duplicarán a nivel mundial en las próximas tres décadas, alcanzando los 60 millones de toneladas en 2060, según pronostica la OCDE en un documento de trabajo divulgado este viernes.
La Organización para el Crecimiento y Desarrollo Económico (OCDE) destaca el aumento de la producción en el sector de la confección, que se ha cuadruplicado a nivel global en los últimos 50 años, junto con el descenso en el número de usos por prenda por parte de los consumidores.
En 2019, la industria textil generó 20 millones de toneladas de residuos plásticos, lo que representó el 10 % del desperdicio global de este material. Un estudio de 2017 reveló que la industria textil utilizó aproximadamente 79,000 millones de metros cúbicos de agua anuales.
El nuevo informe de la OCDE analiza diversas políticas de economía circular destinadas a reducir el impacto medioambiental de la industria textil, incluidas las estrategias de "responsabilidad ampliada del productor". Estas políticas involucran a los sectores presentes antes y después de la fabricación de las prendas.
Este enfoque ha sido utilizado en políticas integrales para fomentar el reciclaje de otros tipos de residuos, pero los gobiernos aún no lo han implementado específicamente en el sector textil, aunque se están evaluando medidas para otros sectores, como el envasado o la recogida de tejidos. Francia y Países Bajos son los únicos países que han adoptado plenamente estas estrategias para la industria textil, conocidas como EPR (Extended Producer Responsibility), mientras que Letonia, Hungría y el estado de California (EE. UU.) se encuentran en etapas iniciales de implementación.
Gracias a estas políticas, Francia logró reutilizar y recuperar el 60 % de los residuos textiles posconsumo en 2019, mientras que la media europea se situó en solo el 8 %. La OCDE considera que este rápido aumento del reciclaje en Francia demuestra que aún existe un "margen de mejora".
Cabe señalar que muchas plantas de reciclaje de los materiales recogidos en Francia se encuentran en otros países, debido a contratos con empresas de reciclaje en España, Portugal, Alemania, Países Bajos, Bélgica y Eslovaquia.
La OCDE confía en que las iniciativas recientes de la Unión Europea, que fomentan estas políticas, impulsarán a los países miembros a seguir este camino. Además, varios países de la organización ya están estudiando la adopción de legislación similar. Entre estas iniciativas europeas se incluyen el mandato de recogida de residuos textiles para 2025 y una enmienda pendiente de votación a la directiva sobre residuos, que propone un modelo de "responsabilidad ampliada".
El desarrollo de fibras sintéticas ha permitido abaratar la producción textil, lo que ha llevado a un incremento global de la producción, que alcanzó los 110 millones de toneladas en 2020 (frente a los 24 millones de toneladas en 1975). Sin embargo, este crecimiento también ha convertido a la industria en un importante contaminante.
En 2018, el sector textil fue responsable del 8 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
La OCDE subraya que, aunque las técnicas de "responsabilidad ampliada" pueden ser efectivas, para abordar el problema de forma integral es necesario implementar medidas complementarias, como la reducción del uso de productos químicos dañinos, el fomento del reciclaje y el diseño sostenible de productos.