
Hayat Tahrir al-Sham (HTS), una coalición de grupos rebeldes, principalmente islamistas radicales, ha consolidado su control sobre diversas regiones del noroeste de Siria, particularmente en la provincia de Idlib. Mientras la comunidad internacional comienza a normalizar relaciones con el nuevo gobierno sirio encabezado por Bashar al-Asad, HTS sigue ejerciendo una significativa influencia sobre el terreno, implementando un sistema de seguridad que busca garantizar tanto el orden interno como la defensa contra amenazas externas.
La victoria de HTS sobre Bashar al-Asad y su rol de seguridad
HTS desempeñó un papel fundamental en la lucha contra el régimen de Bashar al-Asad, y en algunos casos, incluso se le acredita como el principal motor detrás de la caída de las tropas del régimen en diversas regiones. La coalición de rebeldes, que incluye a grupos islamistas radicales, logró hacer huir a las fuerzas de Asad en menos de quince días en varias ocasiones. En el proceso, HTS se posicionó como un actor dominante en el noroeste del país, en gran parte debido a su capacidad para organizar y movilizar tanto fuerzas militares como redes de apoyo local.
A pesar de su origen islamista, HTS ha adoptado una estrategia pragmática que le ha permitido gestionar la seguridad de las áreas bajo su control. Estos rebeldes se presentan como defensores del territorio frente a las agresiones externas, particularmente de las fuerzas israelíes, que continúan bombardeando las instalaciones del régimen de Asad para evitar que las armas caigan en manos de los extremistas. HTS asegura que, por ahora, su misión es "proteger el país" y "asegurar las ciudades", no reemplazar al ejército de Asad en el poder, aunque algunos de sus líderes, como el jefe militar Murhaf Abu Qasra, han insinuado que las próximas etapas del conflicto podrían incluir la expansión de su autoridad a otras áreas, como las zonas kurdas del noreste de Siria.
Estrategias de seguridad interna y control territorial
En cuanto a la seguridad interna, HTS ha desplegado brigadas militares que se encargan de vigilar las ciudades y mantener el orden público. Estos grupos están organizados y entrenados para enfrentar no solo a las fuerzas externas, sino también cualquier resistencia interna o grupos disidentes. Raed al-Hamed, un comandante de 37 años de una brigada de HTS, explicó que su unidad lleva a cabo operaciones de seguridad para detectar y neutralizar a elementos armados que puedan haber quedado tras la caída de Asad. Sin embargo, al mismo tiempo, subraya que no hay órdenes para "matar" a los prisioneros, y que los disidentes son arrestados, detenidos y juzgados de acuerdo con un sistema de justicia que sigue siendo parcialmente gestionado por HTS.
El control de las armas circulantes es otro desafío clave. Como parte de sus esfuerzos para estabilizar el área, HTS ha iniciado campañas para recuperar las armas que están en manos de civiles y grupos irregulares, lo cual es vital para evitar que caigan en manos de facciones extremistas o criminales.
Expansión hacia zonas kurdas y disolución de facciones armadas
A medida que HTS se consolida como una de las principales fuerzas de facto en Siria, el grupo ha fijado sus ojos en extender su influencia a otras zonas del país, particularmente las áreas kurdas en el noreste de Siria. Este es un paso ambicioso en un contexto político extremadamente volátil, ya que las zonas kurdas están controladas principalmente por las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), respaldadas por Estados Unidos, y han sido un actor clave en la lucha contra el Estado Islámico (ISIS). La expansión de HTS hacia estas áreas podría significar un nuevo frente en el conflicto, aunque, por el momento, HTS parece centrado en consolidar su dominio sobre Idlib y las regiones circundantes.
Por otro lado, el grupo ha anunciado su intención de disolver las facciones armadas dentro de su coalición y permitir su integración en un ejército más centralizado. Abu Hasan al Hamwi, líder militar de HTS, indicó que "la próxima etapa" será la disolución de estas facciones armadas, lo que podría dar paso a una reestructuración interna. Sin embargo, se ha enfatizado que HTS será "el primero en tomar la iniciativa" de disolverse como una coalición armada, lo cual podría reflejar un intento de reformarse y obtener mayor legitimidad tanto dentro como fuera de Siria.
Desafíos en la consolidación del orden y la seguridad
A pesar de los esfuerzos de HTS para estabilizar las áreas bajo su control, la situación sigue siendo frágil. La presencia de grupos extremistas rivales, como el Estado Islámico (ISIS) y otras facciones yihadistas, sigue siendo un desafío importante. Además, las tensiones internas dentro de la población local, los enfrentamientos con otras facciones de oposición y la continua intervención de actores externos, como Turquía e Israel, complican aún más la tarea de garantizar una paz duradera.
La legitimidad internacional de HTS también sigue siendo una cuestión compleja. Aunque el grupo ha intentado presentarse como un actor político y militar pragmático, su historial islamista y sus vínculos con al-Qaeda siguen siendo una barrera para su aceptación por parte de actores internacionales y gobiernos que buscan una solución diplomática al conflicto sirio.