
Este artículo analiza las preocupaciones expresadas por el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, sobre el creciente poder de los oligarcas estadounidenses, especialmente aquellos aliados con el expresidente Donald Trump. Biden advirtió que una "oligarquía de extrema riqueza, poder e influencia" podría estar amenazando la democracia del país, lo que generó un debate sobre la creciente concentración de poder económico y político en manos de unos pocos.
Biden señaló específicamente a figuras como Elon Musk, la persona más rica del mundo, como parte de esta "peligrosa concentración de poder" que, según él, podría tener consecuencias serias si no se regula adecuadamente. Hizo una referencia directa a la advertencia del presidente Dwight Eisenhower en 1961, quien alertó sobre los peligros del complejo industrial militar, sugiriendo que hoy podría estar surgiendo un "complejo industrial tecnológico" dominado por gigantes como Musk, Bezos, Zuckerberg, entre otros.
A pesar de que Biden no nombró directamente a los implicados, sus menciones fueron claras. Elon Musk, que se ha convertido en una figura clave del círculo cercano a Trump, tiene intereses en múltiples industrias, desde el espacio (con SpaceX) hasta la movilidad eléctrica (con Tesla), y ha utilizado su plataforma en X (anteriormente Twitter) para apoyar a Trump. Otros magnates como Jeff Bezos de Amazon y Mark Zuckerberg de Meta también han mostrado cercanía con Trump, y su presencia en el círculo político republicano es cada vez más notable.
La situación refleja una tendencia creciente donde los empresarios más poderosos del país tienen una influencia directa en la política, lo que plantea interrogantes sobre cómo este poder puede afectar a la democracia estadounidense. Comparado con los oligarcas de otros países como Rusia, India o China, el modelo estadounidense de influencia empresarial tiene sus peculiaridades, vinculadas a la tradición de grandes empresarios que, aunque dominaban la economía, también impulsaron el crecimiento económico del país en su época.
Sin embargo, el artículo también subraya posibles tensiones dentro de esta alianza entre Trump y los oligarcas, especialmente debido a las diferencias de intereses que podrían surgir entre la base electoral de Trump, que favorece el aislacionismo y una postura nacionalista, y los intereses globales de figuras como Musk, que tienen visiones de alcance mundial e incluso interplanetarias.
En resumen, el artículo destaca el creciente poder de los oligarcas en Estados Unidos, su influencia en la política y los posibles riesgos para la democracia, mientras plantea preguntas sobre cómo se desarrollará esta relación entre los empresarios más ricos y el futuro político del país.