Los extremistas de derecha celebran el gesto de brazo extendido de Musk, mientras expertos cuestionan su intención

El gesto de brazo extendido de Elon Musk durante un discurso el lunes ha causado una ola de reacciones, especialmente en círculos de extrema derecha, aunque la intención de Musk no está totalmente clara. Durante su intervención en el Capitol One Arena, Musk expresó su agradecimiento por la victoria de Donald Trump en las elecciones, se golpeó el pecho, extendió su brazo hacia afuera y hacia arriba, y luego hizo un gesto similar en la dirección opuesta. “Mi corazón está con ustedes”, dijo a la multitud.

Este gesto fue rápidamente asociado por muchos con el saludo nazi, algo que Musk no desmintió explícitamente, lo que avivó las sospechas. En lugar de aclarar la controversia, Musk se burló de las críticas, publicando en X (anteriormente Twitter): “El ataque de ‘todos son Hitler’ está taaan agotador”.

El gesto ha sido celebrado por algunos grupos de extrema derecha. Un capítulo del grupo nacionalista blanco White Lives Matter escribió en Telegram: “La Llama Blanca resurgirá”, mientras que el nacionalista blanco Keith Woods publicó en X: “Quizás lo woke realmente está muerto”.

La Liga Anti-Difamación (ADL), que monitorea el antisemitismo y la discriminación, calificó el gesto de “incómodo” y pidió cautela antes de sacar conclusiones definitivas. Otros expertos, como Jared Holt, analista del Instituto para el Diálogo Estratégico, indicaron que no estaba claro si el gesto fue intencional. Holt sugirió que Musk podría haber estado expresando simplemente agradecimiento hacia la audiencia.

A pesar de las interpretaciones contradictorias, figuras del estudio del extremismo, como Kurt Braddock, profesor de la Universidad Americana, no dudaron en calificar el gesto como un saludo fascista, señalando que la respuesta de la extrema derecha y los neonazis indicaba que este tipo de gestos tiene un significado claro entre esos grupos. Braddock sostuvo que la minimización del gesto por parte de Musk era problemática, dado su potencial para inflamar tensiones.

Brian Levin, fundador del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo, también advirtió sobre las consecuencias de un gesto de este tipo, independientemente de su intención. “Cuando eres una figura pública en los más altos escalones del poder, hacer un saludo como ese es extraordinariamente perturbador y requiere una explicación de Musk”, dijo. Levin enfatizó que, si bien Musk puede defender su libertad de expresión, también debe asumir la responsabilidad de las implicaciones que sus gestos pueden tener, especialmente en un contexto de creciente extremismo.

El incidente sigue siendo un tema de debate, ya que la ambigüedad de la acción de Musk mantiene abierta la interpretación de su mensaje. Sin embargo, lo que está claro es que el gesto ha resonado profundamente dentro de sectores de la extrema derecha, lo que ha generado una reacción significativa en ambos lados del espectro político.

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