
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, visitó El Salvador el lunes con el objetivo de presionar al gobierno de la nación centroamericana para que cumpla con las demandas del gobierno de Trump en cuanto a la lucha contra la migración.
Rubio llegó a San Salvador poco después de presenciar un vuelo financiado por Estados Unidos que deportó a 43 migrantes desde Panamá hacia Colombia. Esto ocurrió un día después de que Rubio advirtiera a Panamá sobre la necesidad de tomar medidas para reducir la influencia de China en el Canal de Panamá, o de lo contrario, Estados Unidos intervendría.
Sin embargo, el tema principal de la visita fue la migración, y continuará siendo el eje central durante las siguientes etapas de su gira por Centroamérica, que incluirá Costa Rica, Guatemala y la República Dominicana, además de Panamá y El Salvador.
El gobierno de Donald Trump ha trabajado activamente para impedir que las personas lleguen a Estados Unidos, y ha establecido colaboraciones con otros países para gestionar la migración, así como para que acepten deportados de Estados Unidos.
El vuelo de deportación que Rubio presenció en Panamá llevaba a migrantes detenidos por las autoridades panameñas tras cruzar ilegalmente el Tapón del Darién desde Colombia. Según el Departamento de Estado, este tipo de deportaciones envía un mensaje claro de disuasión. Desde la firma del acuerdo para financiar los vuelos, Estados Unidos ha proporcionado a Panamá casi 2,7 millones de dólares para cubrir los costos.
Rubio estuvo en la pista durante la salida del vuelo, que transportaba a 32 hombres y 11 mujeres de regreso a Colombia. Es inusual que un secretario de Estado presencie una operación policial de este tipo, especialmente ante las cámaras.
“La migración masiva es una de las grandes tragedias de la era moderna”, comentó Rubio después en un edificio cercano. “Afecta a países de todo el mundo. Sabemos que muchas de las personas que buscan migrar masivamente a menudo son víctimas de abusos en el camino, y eso no es bueno para nadie”.
Trump ha amenazado con tomar medidas contra los países que no acepten a los ciudadanos deportados de Estados Unidos. La semana pasada, impuso sanciones a Colombia por negarse inicialmente a aceptar dos vuelos de deportados. En cambio, Panamá ha sido más cooperativo y ha permitido el aterrizaje de vuelos de deportados de otros países, devolviendo a los migrantes antes de que lleguen a Estados Unidos.
“Esta es una forma efectiva de detener el flujo de migración ilegal, de migración masiva, que es destructiva y desestabilizadora”, agregó Rubio. “Y esto solo ha sido posible gracias a nuestra sólida cooperación con nuestros amigos y aliados en Panamá. Vamos a seguir trabajando en ello”.
El viaje de Rubio se da en un contexto de congelamiento de la asistencia exterior de Estados Unidos y la cancelación de programas financiados por el país que abordan la migración ilegal y el crimen en Centroamérica. Según indicó el Departamento de Estado, Rubio aprobó exenciones para ciertos programas clave en los países que visita, aunque no se proporcionaron detalles al respecto.
Mientras Rubio se encontraba fuera del país, los empleados de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) recibieron instrucciones para mantenerse alejados de la sede en Washington después de que Elon Musk anunciara que Trump había acordado con él el cierre de la agencia.
Miles de empleados de USAID ya han sido despedidos y varios programas han sido cerrados. Rubio mencionó que, aunque ahora es el administrador interino de USAID, ha delegado esta autoridad para no involucrarse directamente en las operaciones diarias de la agencia.
Este cambio implica que USAID ya no será una agencia independiente, como lo había sido durante décadas, sino que estará bajo la supervisión del Departamento de Estado. Su nuevo estatus probablemente será objeto de disputas legales.
En cuanto a su conversación con el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, sobre el Canal de Panamá, Rubio expresó su esperanza de que los panameños atendieran las advertencias de Trump respecto a China. Los panameños han mostrado molestias por la insistencia de Trump en recuperar el control del canal, un territorio entregado a Panamá en 1999, aunque recientemente acordaron abandonar una iniciativa de infraestructura de China.
“Entiendo que es un tema delicado en Panamá”, comentó Rubio a los periodistas en San Salvador. “No buscamos una relación hostil ni negativa con Panamá. No creo que la tengamos. Tuvimos una conversación franca y respetuosa, y espero que dé frutos en los próximos días”.
Por otro lado, en Washington, Trump adoptó un tono menos diplomático al afirmar: “China está involucrada con el Canal de Panamá. No lo estará por mucho tiempo, y así tiene que ser”.
“O lo queremos de vuelta, o vamos a conseguir algo muy fuerte, o lo vamos a retomar”, añadió Trump a los periodistas en la Casa Blanca. “Y lidiaremos con China”.
Trump también volvió a criticar el tratado firmado en la década de 1970 bajo la administración Carter, que cedió el control del canal a Panamá, calificándolo como un pacto que Panamá ha “violado totalmente”. “Han acordado ciertas cosas, pero no estoy satisfecho con ello”, concluyó Trump.