El impacto de las redadas en la vida cotidiana de los inmigrantes de Nueva York

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Las vidas de cientos de inmigrantes que venden comida en puestos callejeros de Nueva York, de los jornaleros contratados diariamente, de los repartidores de restaurantes y de aquellos que se dedican al servicio doméstico han cambiado drásticamente debido al temor provocado por las redadas impulsadas por la administración del presidente Donald Trump.

La incertidumbre, la ansiedad y el temor a las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) explican la disminución de vendedores y jornaleros en varios barrios de la ciudad. Sin embargo, algunos siguen adelante con sus actividades, aunque conscientes del riesgo de ser detenidos por "la migra".

"El miedo es mucho, pero la necesidad lo es más", cuenta un mexicano de 47 años que cada día se ofrece como obrero en la construcción. Al igual que otros, prefiere no dar su nombre y reconoce que muchos de sus compatriotas han dejado de salir en busca de trabajo para evitar ser vistos.

Andrés (nombre ficticio), quien vende flores en un pequeño local, señala: "Pago 1,500 dólares por este local y 1,500 de alquiler de mi hogar". Está preocupado porque su documento de residencia ha expirado y está esperando que las autoridades de inmigración lo renueven.

"Han dicho que arrestarán a quienes hayan cometido un crimen, pero yo nunca he tenido problemas. Que nos lleven si pueden, ¿qué vamos a hacer?", se resigna otra inmigrante sin papeles que vende tamales en El Barrio de Harlem, donde hay una gran comunidad mexicana. Los vendedores ambulantes también son cada vez menos.

En Nueva York se estima que hay 23,000 vendedores ambulantes, la mayoría de ellos originarios de México, Ecuador, Egipto y Senegal, y un 57 % se identificó como indocumentado en una encuesta reciente, según el portal Tthecity.nyc.

Jornaleros en la construcción, mudanzas y limpieza

Otros inmigrantes ganan su sustento como jornaleros y acuden diariamente a paradas de autobuses, gasolineras y comercios en busca de empleo temporal en la construcción o en tareas como mudanzas, limpieza de hogares o patios. Caridades Católicas gestiona dos centros donde les ofrecen apoyo en El Bronx y Yonkers (condado de Westchester).

Según Lucía Goyen, directora de ambos centros, han notado una menor afluencia de jornaleros en los puntos de encuentro, en parte debido al frío, "pero después del 20 de enero (fecha de la juramentación de Trump) ha habido más miedo y menos gente", ya que temen hacerse "más visibles" ante ICE. De una cifra de 30 a 40 jornaleros, ahora apenas se ven menos de una decena.

Goyen señala que las redadas también han generado temor entre los inmigrantes para acudir a los tribunales en casos de discriminación o robo de salarios. "No quieren continuar con sus casos por miedo a ICE, saben que tienen derechos pero no quieren luchar por ellos", afirma.

La organización New Immigrant Community Empowerment (NICE), que también apoya a jornaleros en la zona metropolitana de Nueva York, informó que aunque no han notado una disminución significativa, sí existe "incertidumbre por lo que pueda pasar, por lo que ven y oyen en los medios, pero tienen que seguir trabajando".

El temor también afecta a los repartidores de comida o "deliveristas", quienes fueron fundamentales durante la pandemia. "Ya no se reúnen para conversar como antes, cada uno va por su lado, hay miedo", comenta a EFE Gustavo Ajche, guatemalteco y fundador de Deliveristas Unidos. El temor es que ICE los detenga.

Antonio, otro líder del grupo, resalta que también hay miedo de ir al tribunal si reciben una multa y que incluso no confían si ven a un policía. "Los deliveristas se cuidan" comunicándose a través de un grupo de WhatsApp para compartir cualquier novedad, generalmente negativa.

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