Presidenta de México propone reformas constitucionales para prohibir reelección y nepotismo

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La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció el miércoles que ha enviado al Congreso dos nuevas reformas constitucionales: una para prohibir la reelección en cualquier cargo de elección popular, una medida que hasta ahora solo se aplicaba a presidentes y gobernadores, y otra para evitar el nepotismo.

Aunque Sheinbaum no dio detalles específicos sobre las propuestas, explicó que la segunda iniciativa incluiría "la prohibición expresa de que ningún familiar pueda suceder de manera inmediata a otro en un puesto de elección popular". "No al nepotismo", afirmó.

Sin embargo, esta medida podría dejar abierta la posibilidad de que Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien se unió a la directiva del partido oficialista Morena en septiembre, pueda postularse sin problemas a futuras elecciones presidenciales. Críticos del gobierno sugieren que, según las palabras de Sheinbaum, lo prohibido sería la sucesión "inmediata".

La reelección de presidentes y gobernadores está prohibida en México desde el siglo pasado.

En 2014, se aprobó una reforma constitucional que permitió la reelección de diputados federales y locales hasta en cuatro ocasiones consecutivas, y de senadores, alcaldes y otros cargos municipales hasta en dos.

En esa reforma, durante la presidencia de Enrique Peña Nieto, se argumentó que la posibilidad de reelección haría que los políticos rindieran cuentas a sus votantes, lo que ayudaría a reducir la corrupción.

Ahora, Sheinbaum busca revertir esa medida, bajo el mismo argumento de reducir la corrupción.

"La reelección no ha cumplido con su objetivo principal, que era profesionalizar el trabajo legislativo y mejorar la rendición de cuentas", explicó Georgina De la Fuente, académica del Observatorio de Reformas Políticas de América Latina. Sin embargo, según De la Fuente, el problema radica en la falta de un reglamento adecuado para garantizar esa transparencia, y no en la reelección en sí misma.

Estas dos reformas se suman a las que ya están en proceso, así como a las más de una docena de reformas aprobadas tanto por la presidenta Sheinbaum como en los últimos meses de la administración de su predecesor, López Obrador. Estas reformas han reconfigurado, y en muchos casos generado controversia, sectores clave del Estado mexicano.

La reforma más polémica y de mayor alcance ha sido la del Poder Judicial, que propone que todos los jueces sean elegidos por voto popular. Según las declaraciones de Sheinbaum el miércoles, los jueces tampoco podrían ser reelegidos.

Esta reestructuración del poder judicial ha sido muy criticada tanto dentro como fuera de México, en las calles y en las cortes, ya que sus detractores consideran que politizaría la justicia, lo cual pondría en riesgo el pilar fundamental de cualquier democracia.

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