El Papa Francisco expresó el martes su condena a las deportaciones de migrantes irregulares del presidente estadounidense Donald Trump, una "grave crisis" que, según él, "daña la dignidad" de las personas.
En una carta dirigida a los arzobispos de Estados Unidos, el jesuita argentino, de 88 años, hizo un llamado a "no ceder ante narrativas que discriminan y causan sufrimiento innecesario a nuestros hermanos migrantes y refugiados".
A lo largo de sus 10 años como líder de la Iglesia católica, el pontífice ha sido un firme defensor de los derechos de los migrantes.
"He seguido con atención la grave crisis que se está viviendo en los Estados Unidos debido al inicio de un programa de deportaciones masivas", escribió en la misiva.
El documento, que fue difundido por el Vaticano, recoge el reconocimiento del Papa de "el derecho de una nación a protegerse y salvaguardar a sus comunidades de aquellos que han cometido crímenes violentos o graves, ya sea en el país o antes de su llegada".
Sin embargo, también alerta que el "acto de deportar a personas que, en muchos casos, han dejado su país por motivos de pobreza extrema, inseguridad, explotación, persecución o el grave deterioro del medio ambiente, lesiona la dignidad de muchos hombres y mujeres, e incluso de familias enteras".
Además, "los coloca en una situación de especial vulnerabilidad e indefensión", añadió.
Justo antes de la investidura de Trump, el Papa había advertido que su plan de deportación masiva de migrantes irregulares sería una "desgracia".
"Este tema es crucial: el verdadero estado de derecho se demuestra en el trato digno que todas las personas merecen, especialmente los más pobres y marginados", afirmó el Papa en su carta.
"Esto no impide promover el desarrollo de una política que regule la migración de manera ordenada y legal. No obstante, esta 'maduración' no puede lograrse a través del privilegio de unos y el sacrificio de otros", enfatizó.