El Papa Francisco ha expresado su pesar por el hecho de que el mundo "esté bajo el dominio de poderes malignos" que "oprimen" a la humanidad con sus intereses egoístas y con la violencia de la guerra, en un mensaje con motivo del Jubileo de los Voluntarios, leído en su nombre por un cardenal, debido a su hospitalización por problemas respiratorios.
"Satanás busca convencernos de que no hay pan para los hambrientos, ni milagros para los necesitados, ni ángeles que nos asistan en las adversidades. En realidad, el mundo está en manos de poderes malignos que someten a los pueblos con la arrogancia de sus cálculos y la brutalidad de la guerra", reflexionó el Papa, haciendo alusión a la tentación de Cristo en el desierto.
El Papa había preparado una homilía para el Jubileo del Voluntariado, uno de los eventos más significativos de este Año Santo, que este domingo reunió a 25,000 peregrinos en la Plaza de San Pedro, entre ellos cooperantes y miembros de Protección Civil de todo el mundo.
Sin embargo, debido a su ingreso hospitalario desde hace 24 días en el hospital Gemelli de Roma por problemas respiratorios, no pudo presidir la ceremonia. En su lugar, el cardenal Michael Czerny leyó la homilía ante todos los voluntarios durante la misa.
En su mensaje, y reflexionando sobre la tentación del diablo a Jesús durante su retiro en el desierto, Francisco recordó que "todos somos pecadores".
"Nosotros, ante la tentación, a veces caemos; todos somos pecadores. Pero la derrota no es definitiva, porque Dios nos levanta de cada caída con su perdón, que es infinitamente grande en su amor. Nuestra prueba, por tanto, no termina con el fracaso", afirmó.
Luego, el Papa agradeció el "servicio al prójimo" de los miles de voluntarios que habían peregrinado al Vaticano desde diferentes países para atravesar la Puerta Santa de la basílica.
Peregrinación jubilar
"Me alegra saludar a todos los voluntarios que hoy están presentes en Roma para su peregrinación jubilar. Les agradezco mucho, queridos voluntarios, porque, siguiendo el ejemplo de Jesús, ustedes sirven al prójimo sin buscar nada a cambio", expresó el Pontífice en su homilía.
Añadió: "En las calles y en los hogares, junto a los enfermos, los que sufren, los presos, los jóvenes y los ancianos, su entrega infunde esperanza en toda la sociedad".
Y concluyó: "En los desiertos de la pobreza y la soledad, tantos pequeños gestos de servicio gratuito hacen brotar la semilla de una nueva humanidad".
La misa, presidida simbólicamente por el estandarte con el escudo del Papa Francisco, colgado en la logia central de la basílica de San Pedro, precederá al rezo del Ángelus, para el cual también se difundirá un mensaje del Papa.
Además, esta tarde la Curia Romana se reunirá en el Aula Pablo VI para llevar a cabo los ejercicios espirituales de Cuaresma, el período de 40 días que nos conduce hasta la Pascua, pero lo hará "en comunión" con el Papa, que naturalmente estará ausente debido a su hospitalización.
El último boletín médico informó que Francisco está respondiendo favorablemente al tratamiento y muestra una "leve y gradual mejoría", aunque sigue recibiendo altos flujos de oxígeno y la terapia necesaria para superar una neumonía bilateral, que a sus 88 años sigue siendo un desafío.