
Este 18 de marzo, la violencia volvió a desbordarse en la Franja de Gaza, con bombardeos israelíes que afectaron todo el enclave palestino, dejando un saldo de al menos 330 personas fallecidas, según el Ministerio de Salud de Hamás.
El gobierno israelí defiende estos ataques como dirigidos a las posiciones de Hamás, argumentando que su objetivo es la liberación de los rehenes israelíes retenidos por el grupo palestino. Sin embargo, los informes desde el terreno muestran imágenes desgarradoras de civiles muertos y heridos.
Frente a la magnitud de la ofensiva, el ejército israelí ordenó la evacuación de varias zonas consideradas "peligrosas".
El fin de la tregua
La tregua en Gaza se rompió a las 2:20 de la mañana hora local de este 18 de marzo. La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, confirmó que se había ordenado al ejército tomar "medidas decisivas" contra Hamás.
En su comunicado, la oficina de Netanyahu señaló que los ataques en Gaza son una respuesta a la "reiterada negativa" de Hamás a liberar a los rehenes israelíes y a su rechazo a todas las propuestas de mediación, incluyendo las de Steve Witkoff, enviado especial de Estados Unidos. "Israel actuará con un mayor poderío militar", advirtió el comunicado, que también señaló que la ofensiva continuará "todo el tiempo que sea necesario".
Desesperación de las familias de los rehenes
Casi tres semanas después de que los últimos cuerpos de los secuestrados israelíes regresaran de Gaza, las negociaciones entre Israel y Hamás siguen estancadas. A pesar de las presiones, los esfuerzos de mediadores en Doha y El Cairo no han logrado avanzar en la extensión de la tregua ni en el inicio de la segunda fase de liberación, que implicaría la liberación de los 59 israelíes secuestrados, de los cuales se estima que 24 aún estarían vivos.
El gobierno israelí reiteró en su comunicado que uno de los principales objetivos de la guerra es la liberación de todos los secuestrados, tanto vivos como fallecidos.
En medio de la situación, las familias de los rehenes están llamando a la población israelí a manifestarse en las calles en protesta por la reanudación de la guerra. Los familiares acusan al gobierno de estar sacrificando a sus seres queridos por mantener la coalición gobernante, presionada por los partidos de extrema derecha que amenazan con abandonar el gabinete si el ejército no destruye completamente a Hamás.
Evacuaciones masivas
Por su parte, Hamás se ha dirigido a los mediadores internacionales, asegurando que aceptó el acuerdo de alto el fuego y lo cumplió en su totalidad. Sin embargo, el movimiento palestino acusa a Israel de incumplir sus compromisos al reanudar los ataques.
Actualmente, la ofensiva israelí está siendo llevada a cabo principalmente por la Fuerza Aérea, aunque fuentes militares indican que la operación podría ampliarse a otros frentes rápidamente. Israel ha afirmado que Hamás está aprovechando la tregua para reorganizar sus fuerzas en Gaza.
La ONU, junto a varios países, ha condenado la reanudación de los bombardeos, aunque Estados Unidos ha respaldado las acciones de Israel.
En respuesta a la creciente violencia, el ejército israelí ha ordenado la evacuación de los habitantes de las zonas fronterizas, especialmente en áreas como Bait Hanun (norte) y Khirbet Khuza’a, Abasan al-Kabira y Abasan al-Jadida (sur), que han sido catalogadas como "zonas de combate peligrosas". El portavoz en árabe del ejército israelí, Avichay Adraee, instó a los civiles a trasladarse a refugios en el oeste de la ciudad de Gaza y en la localidad de Jan Yunis.