La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, fue condenada este lunes a cuatro años de prisión, dos de ellos firmes que podrá cumplir con un brazalete electrónico, además de una multa de 100.000 euros y cinco años de inhabilitación con aplicación inmediata.
La sentencia fue dictada por el Tribunal Correccional de París, que la declaró culpable de liderar un sistema organizado de desvío de fondos del Parlamento Europeo.
Esta condena pone en riesgo su futuro político y sus planes de presentarse en las elecciones presidenciales de 2027, en las que figuraba como la principal favorita en los sondeos.
Le Pen abandonó el Palacio de Justicia después de conocer la decisión sobre su inhabilitación inmediata, sin esperar a que el tribunal anunciara los detalles completos de su pena.
Poco después llegó a la sede de su partido, sin hacer declaraciones ante la multitud de periodistas que la esperaban.
Minutos más tarde, su número dos, Jordan Bardella, llegó al lugar, tras cancelar su viaje a Estrasburgo para el pleno del Parlamento Europeo, también sin emitir comentarios.
El considerado delfín político de Le Pen publicó un mensaje en redes sociales en el que afirmó que con esta sentencia "la democracia francesa ha sido ejecutada".
Los otros ocho exeurodiputados de su partido también recibieron penas de prisión, multas e inhabilitación.
Una de las figuras más destacadas del partido, Louis Aliot, alcalde de la ciudad de Perpiñán (la mayor gobernada por la extrema derecha), fue condenado a tres años de inhabilitación, aunque sin aplicación inmediata debido a su cargo electo.
La sentencia consideró que Le Pen asumió en 2009 el "papel central" que desempeñó su padre como instigador del sistema de financiación ilícita del partido, utilizando los fondos de los asistentes parlamentarios del Parlamento Europeo, y que lo hizo con "autoridad y determinación", lo que resultó en la mayor condena.
Lo que más impactó a Le Pen fue la aplicación inmediata de la inhabilitación, que compromete gravemente sus posibilidades de postularse por cuarta vez al Elíseo.
La presidenta del tribunal justificó esta medida por "la gravedad de los hechos", la necesidad de integridad en la vida pública y porque el sistema de financiación ilegal del partido atentó contra la neutralidad democrática, permitiéndole competir en condiciones ventajosas en las elecciones.
