Decisión clave este martes: ¿Serán liberados los hermanos Menéndez?

Tras meses de retrasos, este martes comienza una audiencia clave en Los Ángeles para determinar si Erik y Lyle Menéndez pueden tener la oportunidad de salir en libertad, después de pasar casi tres décadas en prisión por el asesinato de sus padres.

El juez del caso presidirá una audiencia de nueva sentencia que se prevé dure dos días. Si decide reducir las condenas, los hermanos aún necesitarán la aprobación de la junta estatal de libertad condicional para quedar libres. En ese escenario, podrían ser liberados tras haber cumplido el tiempo mínimo exigido.

Erik y Lyle Menéndez fueron condenados en 1996 a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por el asesinato de su padre, José Menéndez, y su madre, Kitty Menéndez, en su casa de Beverly Hills en 1989.

Tenían 18 y 21 años cuando cometieron los homicidios. La defensa argumentó que actuaron en defensa propia tras sufrir años de abuso sexual por parte de su padre. La fiscalía, sin embargo, sostuvo que mataron a sus padres para acceder a una millonaria herencia.

Las audiencias se aplazaron en múltiples ocasiones debido a los incendios forestales en la región y a desacuerdos entre los fiscales y los abogados defensores.

El caso ha mantenido el interés público durante décadas y, recientemente, recobró notoriedad tras el estreno en Netflix del drama “Monsters: The Lyle and Erik Menéndez Story” y el documental “The Menéndez Brothers”.

En los últimos meses, simpatizantes de los hermanos han viajado desde distintos puntos del país para participar en manifestaciones y asistir a las audiencias. Esta nueva instancia judicial se enfocará en determinar si los Menéndez han demostrado rehabilitación durante su tiempo en prisión, lo que podría conllevar una sentencia menor —de 50 años a cadena perpetua— y hacerlos elegibles para libertad condicional bajo la ley californiana sobre delincuentes juveniles, ya que eran menores de 26 años al momento del crimen.

Mark Geragos, abogado defensor de los hermanos, señaló en abril que podría solicitar la reducción de los cargos a homicidio involuntario, lo que abriría la puerta a su liberación inmediata.

Geragos indicó el pasado viernes que llamará al menos a siete miembros de la familia a testificar durante las audiencias. Como en ocasiones anteriores, los hermanos participarán de forma virtual. No está claro aún si prestarán declaración.

La fiscalía del condado de Los Ángeles se opondrá a la nueva sentencia, argumentando que los Menéndez no han asumido plenamente su responsabilidad por el crimen.

Se espera que los fiscales presenten los hallazgos preliminares de un psicólogo forense que evaluó el posible riesgo que representarían los hermanos si se les concediera la libertad. Esta evaluación, ordenada por la junta de libertad condicional, ha sido objeto de controversia: su admisibilidad en el tribunal está en disputa, ya que no ha sido publicada en su totalidad. No obstante, el juez indicó el viernes pasado que algunas secciones podrán ser incluidas.

Apoyos a una nueva sentencia

El exfiscal de distrito del condado de Los Ángeles, George Gascón, reabrió la posibilidad de una revisión de sentencia el año pasado, al solicitar que se redujeran las condenas. Su oficina argumentó que, a la luz de la comprensión actual sobre el abuso sexual y el trauma, y considerando la rehabilitación de los hermanos, el caso se habría tratado de otra manera hoy.

La petición de nueva sentencia presentada por Gascón resalta los logros de los hermanos en prisión. La defensa asegura que ambos han trabajado intensamente para rehabilitarse y contribuir positivamente en la comunidad carcelaria.

Salvo un tío que falleció en marzo, la familia Menéndez ha expresado públicamente su perdón y su deseo de que los hermanos sean liberados.

Durante su encarcelamiento, Erik y Lyle han cursado estudios, participado en programas de autoayuda y formado grupos de apoyo para otros reclusos.

Cambio de postura en la fiscalía

El nuevo fiscal de distrito, Nathan Hochman, revirtió la posición de su predecesor y se ha manifestado en contra de una nueva sentencia. Su equipo niega que los hermanos hayan sido víctimas de abuso sexual y argumenta que no han admitido haber mentido durante el juicio.

Los fiscales también citaron un informe psicológico que sostiene que los hermanos violaron las normas penitenciarias recientemente al introducir teléfonos celulares en prisión, lo que —según Hochman— demuestra una falta de autocontrol.

El informe concluye que los hermanos son “moderadamente más propensos” a incurrir en conductas violentas si son liberados, según explicó Hochman.

Bajo su dirección, la fiscalía intentó en dos ocasiones retirar la petición de nueva sentencia. Sin embargo, el juez de la Corte Superior del Condado de Los Ángeles, Michael Jesic, resolvió que las audiencias podían continuar a pesar de la oposición.

El juez podría emitir su decisión durante la audiencia o entregar un fallo por escrito en los días posteriores.

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