
Este viernes, agentes de la Policía lanzaron múltiples bombas lacrimógenas para dispersar a comunitarios que mantenían un campamento en la cabecera del río El Naranjo, en la comunidad de Zambrana, Cotuí.
Los policías llegaron en un convoy fuertemente armado, portando armas largas, escudos y cascos, con el objetivo de impedir que los manifestantes interfirieran en los trabajos de maquinaria pesada enviada por la empresa minera que está desmontando parte del bosque en la zona del río.
"Tenemos niños y mujeres que resultaron heridos cuando los militares los empujaron y les lanzaron bombas lacrimógenas. Esta es una población desarmada que solo está luchando por proteger el medio ambiente", denunció Concepción Sosa, una de las líderes comunitarias.
Pese a la oposición de los residentes, la tala de árboles en el área continúa, y se acelera la construcción de una carretera que conduciría hacia una nueva presa de cola de la minera.
"Barrick Gold nos ha quitado tanto, que ahora busca humillar a todo un pueblo. Esta carretera de la muerte podrá enterrar la naturaleza temporalmente, secar el río Naranjo y aplastar la vida, pero también es el cementerio moral de quienes abusan, como Juana Barceló, y de los funcionarios que se hacen los ciegos y los sordos", expresó Fernando Peña, presidente de la Comisión Social de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Hasta el momento, ni el Ministerio de Medio Ambiente, ni la Procuraduría de Medio Ambiente, ni el Ministerio de Energía y Minas se han presentado en la zona para mediar en la situación o frenar las agresiones contra los comunitarios.