
El cantante español Alejandro Sanz respondió públicamente a las declaraciones de Ivet Playà, una joven de 26 años que lo acusó este domingo, a través de redes sociales, de haber mantenido una relación con ella cuando tenía 18 años, la cual describe como una experiencia traumática.
En su mensaje publicado en Instagram Stories, Sanz reconoce el vínculo, pero ofrece una interpretación diferente de los hechos:
"Ivet, yo tenía un recuerdo muy bonito de nosotros dos, personas adultas, compartiendo su cariño, siendo libres", escribió el artista, quien tenía 49 años al momento del presunto inicio de la relación.
Sanz también mencionó que, recientemente, Playà le propuso involucrarse en negocios familiares, oferta que él rechazó tras consultarla con sus asesores:
"En el mes de mayo me ofreciste participar en unos negocios familiares tuyos. Tras revisarlo con mis asesores, te dije que no".
En su declaración, el intérprete de Corazón partío expresó su pesar por la situación y se distanció del relato de la joven:
"Siento que tu reacción sea esta, pero quiero que sepas que nunca he sido partícipe de estas prácticas y así seguiré toda mi vida. Te deseo que encuentres pronto tu camino y felicidades".
La versión de Ivet Playà
Las acusaciones de Playà fueron compartidas a través de TikTok y X (antes Twitter), donde aseguró que lo que comenzó como una ilusión terminó en una pesadilla emocional. En un video, mostró supuestas pruebas del vínculo, incluyendo capturas de mensajes en redes sociales, menciones públicas y fotos de conciertos.
Playà relató que el contacto con Sanz comenzó en 2015, cuando ella tenía 17 años, al ser seguida por el cantante en redes sociales. Según su testimonio, él comenzó a interactuar frecuentemente con ella mediante comentarios, mensajes privados y compartiendo contenido suyo. Afirmó que el primer encuentro físico ocurrió poco después de que cumpliera 18.
"Él sabía perfectamente lo que yo era. Yo era una niña. Y él lo sabía", dice en el video, donde asegura haberse sentido manipulada y utilizada.
A lo largo de los años, afirma que asistió a más de diez conciertos en mes y medio, siguiendo al artista por distintas ciudades de España. A los 22 años, se mudó a Madrid tras aceptar una oferta laboral vinculada al entorno profesional de Sanz.
Durante esa etapa, Playà también denunció que miembros del equipo del cantante supuestamente espiaban sus conversaciones privadas, aunque no ofreció detalles específicos. Además, afirmó haber vivido situaciones que calificó como "moralmente inaceptables", sin entrar en pormenores.