
La proteína vegetal: ¿por qué todos hablan de ella?
Seguro que ya has escuchado sobre la proteína de origen vegetal y sus beneficios tanto para la salud como para el medioambiente. Pero, ¿qué la convierte en protagonista de tantas conversaciones? Cada vez son más las familias que la incorporan a su dieta, y no es casualidad: además de proteína, este tipo de alimentos suelen aportar fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes que apoyan el buen funcionamiento del organismo.
El interés ha crecido tanto que hoy existe una búsqueda constante de nuevas fuentes de proteína vegetal, lo que abre un mundo de opciones para variar la alimentación de manera nutritiva y sostenible.
¿Por qué elegir proteínas vegetales?
Para muchos, las proteínas de origen vegetal se han convertido en una elección frecuente y consciente. ¿Las razones? Suelen estar acompañadas de nutrientes clave como fibra, vitaminas y antioxidantes, y además, contienen menos grasas saturadas en comparación con otras fuentes de proteína.
¿La mejor parte? Se pueden preparar de formas muy sabrosas y versátiles. Y antes de darte algunas ideas de cómo aprovecharlas en tus comidas, revisemos cuáles son los alimentos con mayor aporte proteico según datos del Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC):
Cantidad de proteína vegetal en diferentes alimentos (por cada 100 g)
Derivados de la soja: el tempeh llega a un 20 % de proteína, mientras que el tofu aporta alrededor de un 8 %.
Entre los cereales integrales, el seitán, derivado del gluten de trigo, destaca con un 24 % de proteína. Por su parte, los copos de avena alcanzan un 13 % y el pan integral ronda el 7 %.
Legumbres: las lentejas destacan con un 24 % y los garbanzos con un 19 %.
Frutos secos: los cacahuetes aportan un 25 %, las almendras un 21 % y los anacardos un 17 %.
Semillas: las de cáñamo llegan al 28 %, las de calabaza al 24 % y las de lino al 22 %.











