En los últimos días, se han registrado varios sismos leves en distintas regiones del país. Según Pedro Salazar, sismólogo del Centro Nacional de Sismología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), esta actividad es común y puede ser beneficiosa para la República Dominicana.
Salazar explicó que estos pequeños movimientos ayudan a liberar la energía acumulada entre las placas tectónicas, lo que podría reducir la probabilidad de un terremoto de gran escala.
“Es habitual que se presenten eventos sísmicos de baja intensidad, de magnitudes entre dos y tres grados. Esta liberación constante de energía contribuye a disminuir la presión en zonas con alta actividad sísmica”, indicó.
Actualmente, el área más activa es el Canal de la Mona, entre Puerto Rico y República Dominicana, particularmente frente a la costa este del país. Allí se registró recientemente un sismo de magnitud 5.2, seguido de una serie de temblores menores.
Enjambre sísmico
Este conjunto de sismos corresponde a un “enjambre sísmico”, que consiste en una serie de pequeños movimientos sísmicos concentrados en una misma zona durante un corto periodo.
Aunque estos temblores ayudan a liberar energía, Salazar advirtió que no eliminan la posibilidad de un terremoto mayor.
“Vivimos en una región donde convergen las placas del Caribe y Norteamérica. La fricción constante genera vulnerabilidad, por lo que no estamos libres de un sismo fuerte”, explicó el experto.
Preparación ante todo
Consultado sobre si la población debe preocuparse, Salazar enfatizó que la clave es estar informados y preparados, no alarmados.
“En esta zona ocurren temblores casi a diario, incluso varias veces por hora. Lo importante es conocer las medidas a tomar cuando suceden”, afirmó.
Finalmente, el sismólogo recomendó a la ciudadanía educarse sobre cómo prevenir y reaccionar ante sismos, como identificar lugares seguros en casa, conocer protocolos de evacuación y seguir las indicaciones de las autoridades oficiales.
