
El lunes, un fuerte terremoto de magnitud 6.3 sacudió el norte de Afganistán, dejando como saldo 27 muertos y casi 1,000 heridos, según el último informe del Ministerio de Salud del país. El terremoto, que tuvo su epicentro en el distrito de Kholm, ubicado en las provincias de Balkh y Samangan, causó importantes daños en las viviendas de la región, lo que complicó las tareas de rescate.
Según el portavoz del Ministerio de Salud, Sharafat Zaman, de los 956 heridos, solo un pequeño número presentó lesiones de gravedad. Además, se ha confirmado que las operaciones de rescate en las áreas afectadas ya han concluido, tras una intensa y rápida respuesta de las autoridades locales.
Las autoridades afganas destacaron el esfuerzo coordinado entre las diferentes instituciones para atender la emergencia. En Kholm, residentes del área estuvieron trabajando bajo la lluvia para retirar escombros y rescatar a posibles víctimas atrapadas entre las ruinas.
La Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (ANDMA) también informó que el suministro de electricidad, que fue afectado por los daños en las líneas de transmisión, se está restaurando gradualmente. La empresa eléctrica nacional está trabajando para reparar las instalaciones dañadas y restablecer el servicio en la región.
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